Cuando un líder tiene una actitud positiva su equipo se impregna de ello y lo incorpora a su cultura, a su espíritu. Cuando un líder o un directivo actúa marcando distancias con su equipo, la cultura del equipo se acomoda a oir, ver y callar. Muchas veces son procesos lentos, pero otras veces en poco tiempo se da un vuelco a la cultura de un equipo u organización.
Tengo una experiencia personal muy llamativa. En una de las empresas para la que trabajé, cuando teníamos un director general que venía de la dirección financiera, nuestra cultura era de no arriesgar. Le sucedió un director comercial y la misma empresa en poco tiempo estaba ansiosa por comerse el mercado y crecer. La cultura de la empresa cambió en pocas semanas.
Por ello, lo que llamo positividad es un factor poco apreciado a veces pero que da un gran apoyo a un clima de optimismo y disfrute general, lo que no quiere decir de desaparezcan los retos y los posibles conflictos. Pero se atacan y resuelven mejor.
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