Ya se que el lector de este blog viene atraído por las TIC y la sanidad. Pero también avisé que iba a tener su parte personal.
En este caso todo viene por las TIC. Estoy suscrito a un boletín de noticias de Norberto Gallego, economista y periodista especializado en tecnologías de la información, a quien recomiendo seguir en su blog , pero sobre todo suscribir su boletín por correo.
Lo de la suscripción por correo es porque aporta unos preámbulos a sus entradas a su blog que no tienen desperdicio. La de ayer encabezaba un artículo sobre las previsiones de IDC para Europa y especialmente para España bajo el título de: «IDC: La recuperación tendrá que esperar» que es de obligada lectura. Para los que lleven prisa, las cifras clave son: En 2011 una caída del 3,5%, con una cifra de 20.600 millones de euros de facturación y un imperceptible crecimiento del 0,17% en 2012.
Pero en el preámbulo glosa un artículo del profesor del IESE Alfredo Pastor que para mi es lo más atinado que he leído últimamente sobre la crisis y su salida y que aporta esta idea que entrecomillo: «El Estado debería dar prioridad al pago de las deudas al sector privado, y sólo cuando estas estuvieran satisfechas en los términos de la ley podrían seguir peleándose entre sí las distintas administraciones. No hace falta decir que esta medida supondría la salvación de muchas empresas que han suministrado bienes y servicios a las administraciones y que hoy se debaten entre la vida y la muerte».
Yo solo voy a añadir una opinión que he leído en algún foro de emprendedores y que lamentablemente no me acuerdo del autor. pero que venía a decir que la reforma del mercado laboral no sirve de nada si la economía no se mueve y hay crédito. Él, como empresario, ni aunque cobre por emplear va a hacerlo si no ve oportunidades de negocio y tiene las herramientas financieras para tener éxito.
Por eso la opinión de Alfredo Pastor en el artículo mencionado que titula «La actualidad de la fábula de La Fontaine» (esa en la que un maestro pasa junto a un niño ahogándose en un río y empieza por recriminarle el comportamiento….) la enlazo con la del empresario. O ponemos el mercado a funcionar o se nos ahoga el niño.