Las tarjetas postales un objeto de culto

No es que me sorprenda demasiado, pero estoy tratando de conseguir una tarjeta postal para enviar mi apoyo moral a una persona que está luchando por su vida y de la que sólo puedo usar su correo postal y no la encuentro tras buscar en todos los lugares imaginables de mi pueblo (10.000 habitantes). Me queda ver si en Correos tienen algún Foto de una antigua tarjeta postaltarjetón blanco o algo equivalente. Lo más curioso es que los jóvenes ni siquiera saben qué es lo que les pido. Parece que las tarjetas postales ya están en la categoría de objeto de culto.

Por otra parte, los faxes están en camino. Muchas de las tarjetas de visita ya no los llevan. Me pregunto qué ocurrirá en cinco años. Vislumbro que los e-mails estarán ya cayendo en desuso, salvo que se reinventen, pero me gustaría oir diferentes puntos de vista. Puede ser simpático releer esta entrada dentro de esos cinco años.

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4 respuestas a Las tarjetas postales un objeto de culto

  1. Eloy M. Rodríguez dijo:

    Cuando tampoco las hay en un El Corte Inglés, e incluso el encargado de papelería las confunde con tarjetas de felicitación….

  2. Esther dijo:

    Por lo que yo he visto, en otros países, como Reino Unido y EEUU, hay mas tradición de utilizar tarjetas para otras cosas que no sean felicitaciones (que es para lo que se usan an España): dar las gracias, dar ánimos,…y hay todo un mercado alrededor de ello. A mi me parece una bonita practica, pero creo que aquí no tenemos esa costumbre ni tengo claro que a estas alturas se establezca. Aun así, creo que dentro de 5 años seguirá habiendo “nostálgicos” que las usen.
    Sugerencia: una tarjeta hecha por uno mismo puede ser muy bonita, y tiene mas valor… (cada vez se lleva mas el DIY)

    • Eloy M. Rodríguez dijo:

      Pues la historia acabó teniendo que hacérmelo yo mismo. Cogí unos grabados de flores que encontré entre unos libros, consulté los tamaños admitidos por Correos, lo recorté, dibujé las líneas de apoyo habituales para no torcerse y que la dirección se pudiese leer bien y lo llevé a Correos. Ahí la otra medio sorpesa. En vez de poner un sello postal, me lo franquearon con un simple matasellos… En fin, es el siglo XIX.

  3. Juan Fernández Olmo. dijo:

    Me hago mis tarjetas postales mediante el papel especial que requieren, acoplándolas a las medidas máximas que deben tener; hago figurar mi remite debajo de la dirección del destinatario y a la izquierda escribo el mensaje. La contraportada la destino a la cuestión que de momento esté escribiendo. Antes la destiné al marqués de Comares y ahora como
    se acerca al primer centenario de la muerte de Juan Breva, un cantaor de flamenco.

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