La UE no es un buen equipo

Las fases de desarrollo de un equipo, según el modelo de desarrollo de equipos de John Whitemore en su libro “Coaching, el método para mejorar el rendimiento de las personas” basado en la metodología Firo B de Will Schutz, son la inclusión, la afirmación y laRepresentación de un equipo unido cooperación.

En el primer estadio establecen si son y si se sienten miembros del equipo. En la fase de afirmación cada miembro expresa su poder y se buscan ampliar áreas de influencia, empleándose mucha energía en la competencia interna. Y el desarrollo pleno viene cuando se alcanza un nivel de cooperación en la que toda la energía se dirige a objetivos comunes. En este estadio, si un miembro sufre un problema el resto cierra filas a su alrededor y lo apoya.

Desde mi punto de vista la Unión Europea estuvo cerca de la fase de cooperación cuando se puso en marcha el Euro, aunque no plenamente, ya que un proyecto común de tal calado sólo fue apoyado por una parte de los miembros, mientras que otros tan Imagen de la bandera de Europasignificativos como Gran Bretaña se quedaron al margen. Otro proyecto emblemático como Schengen tampoco cuenta con la adhesión general e, incluso, cada vez se le están buscando más excepciones.

Ante la crisis, muchos países se manifiestan claramente en la fase de afirmación y más o menos en secreto de alegran de los males de otros. Esta semana un ministro holandés se vanagloriaba de que, aunque España fuese campeón europeo de fútbol, nunca tendría su solvencia. Pero no miremos a los otros. ¿Cuántas veces hemos oído a nuestros dirigentes o banqueros decir que España no era Grecia?.

Es más, varios países se están pasando al estadio de inclusión, caso de Grecia cuyos ciudadanos se lo están pensando seriamente y posiblemente todos los otros que han perdido autonomía ante las contrapartidas a las ayudas ofrecidas por la UE. Y a nivel de ciudadanos basta ver los índices de participación en las elecciones al parlamento europeo en todos los países.

En estas circunstancias, la ausencia de líderes europeístas motivadores aboca a un futuro muy incierto a este equipo llamado Unión Europea. Yo sí me sigo sintiendo europeo a nivel personal y, en un momento en que el poder de los estados (y por tanto la Representación simbólica del liderazgosoberanía de los ciudadanos) está subyugado por los mercados, es muy triste para mí ver como un equipo que podría dar resultados extraordinarios va camino de una disolución, al menos en el diseño inicial.

En este mundo globalizado los intereses particulares están primando sobre los del equipo, por lo que me gustaría pensar que de nuestros jóvenes europeos, que se han educado en muchos casos con intercambios Erasmus, surjan líderes que aglutinen un proyecto renovado de Europa con proyectos basados en intereses realmente comunes a los ciudadanos y no a los mercados.

Image(s): FreeDigitalPhotos.net

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